A muchos de nosotros, cuando aprendimos a hablar y hablar y hablar sin parar, nos llamaron "loras mojadas". Porque cuando la Orejiamarilla se moja, hace mucha alharaca. Anuncia la lluvia, la disfruta, la enfrenta, se baña con ella. Le fascina. Por eso quien mucho habla de lo que quiere hablar y habla de lo que lee, es una Lora Mojada.
Este hermoso ejemplar de nuestra región andina es particularmente preciosa y amigable. La Orejiamarilla, conocida como Ognorhynchus icterotis, anida en la Palma de Cera del Quindío, Colombia. Nunca le afecta la presencia del hombre en su hábitat, igual se reproduce. La hembra incuba sus huevos con ayuda del macho, quien se encarga de alimentarla durante todo el proceso. Habitualmente es un ave bien sociable. Come frutos y semillas, constantemente. Por eso mantiene su agilidad, su simpatía y sobre todo su alegría. Y la verdad, si te fijas bien, siempre parece sonriendo. Como los perros nobles.